Destacada música y cantautora porteña: «Las mujeres cantamos, tocamos y creamos de manera diferente» 

En su casa en Quilpué nos recibe María Cristina Escobar, junto a Estela Zepeda, su amiga de toda la vida y ahora también su cuidadora, dado que hace unos años la salud de María Cristina ha empeorado y no cuenta con familiares que se hagan cargo de ella. 

«Mejor amigos que plata» dice María Cristina, quien comienza contando su historia al recordar que, durante 40 años, fue taxista en la Plaza Ecuador de Valparaíso: «Yo no pensaba ser taxista, pero mi familia necesitaba apoyo económico, así que ahí saqué mis documentos y empecé a trabajar en la noche, con toque de queda y todo. Aprendí a manejar micros, camiones y tractores». 

Su hermano y hermana fueron quienes la introdujeron al mundo de la cueca y el bolero, dado que ambos cantaban y tocaban instrumentos a puro oído. Ahí empezó a aprender a tocar guitarra a los 16 años. Tiempo después, en los años sesenta, comenzó a cantar en las radios y armó su primer grupo: «Los Continentales». También creó el Trío de Mujeres «Bermaricris» —por Berta, María y Cristina—, con quienes se presentó en Argentina y recorrió Chile de norte a sur en tren. 

En plena dictadura, resistió tocando boleros, vals y folclor campesino, en el espacio el Rincón de las Guitarras en calle Freire, donde tenían que funcionar de manera clandestina debido a la persecución que existía hacia las y los músicos: «Nos íbamos bien al fondo a tocar para que no se escuchara y llegarán los pacos.

Ahí nos amanecíamos con la guitarra y cantando». 

Durante esos años también adquirió el apodo por el que fue conocida durante mucho tiempo, tanto por sus pares como por sus sobrinos: «Mis compañeros me decían La Negra y mis sobrinos me conocían como La Poderosa, así que ahí quedé como La Negra Poderosa». 

Confiesa que hasta hoy se emociona con la música al igual que el primer día: «La música es lo que más me impresiona. Se me paran los pelos aún escuchando cueca o bolero. Las mujeres cantamos, tocamos y creamos de manera diferente, por eso yo quiero morir cantando, porque llevo la cueca y el folclor en mi alma». 

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